Un rojo diferente

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Un rojo diferente

CAMINO DE FUEGO

Antonio Debón tiene una importante andadura de pintor, consolidada y enriquecida no sólo por una línea de experimentación plástica en contínuo devenir sino también por la convicción que alienta y reafirma su propio yo en el quehacer artístico. Ello confiere a su expresión una singular claridad expositiva que revela de modo directo, sin posibles dispersiones, el sentido de su obra y la coherencia de las ideas pictóricas que la promueven.

Esto que decimos, a modo de premisa, nos permitirá comprender mejor que Antonio Debón, como artista, sabe adónde va y lo que quiere; es decir, su camino es un camino que sigue con plena claridad. Y en él se mueve, si no con certidumbres estéticas previas (que las puede tener) sí con la seguridad de saber el problema que se plantea y lo que con ello desea expresar. Sin duda, este aspecto de su identidad, de su propio ser como pintor, constituye un valor de su personalidad artística, cuyo reflejo encontramos en su pintura.

Esta magnífica exposición, en la que ahora nos muestra su última obra, tiene como tema monográfico el «fuego «, los «incendios» como causa destructora. En ella queda manifiesta la preocupación y la denuncia artística de su autor contra el atentado que ello re presenta para el entorno humano y la propia Naturaleza. El extraordinario interés de esta obra radica tanto en su desarrollo plástico, como en el sentido ético-estético que enmarca su contenido dramático.

Partiendo de esquemas básicos de la tradición figurativa, el artista penetra con su personal concepto formal en el ámbito del expresionismo o estructural más denso y concentrado, pero sin gesticulación alguna. La esencia de los personajes que integran o componen cada escena reside en la intensa descripción presencial o activa de los mismos, y en el silente y enigmático ambiente que los envuelve. Aquí se simboliza el espíritu de solidaridad que incondicionalmente los moviliza participativamente en una acción común: la reducción y control de la devastadora fuerza del fuego. Y todo ello nos viene dado en una realidad artísticamente transfigurada, y desde la que nos llega una inquietante voz que nos alerta.

Ante este sobrecogedor tema, el artista se muestra intencionalmente con un sobrio lenguaje pictórico, dominado por los grises, el negro y pequeñas áreas de matiz rojo, a veces con un marcado carácter gráfico, tanto en lo relativo a la técnica serigráfica como a la del collage. Pero su intensa expresión no depende sólo de la inspirada articulación y conjunción formal de estos elementos tonales del lenguaje; se apoya también en el orden compositivo que gobierna su obra , y por el cual las relaciones de figura fondo se objetivan en una estructura abstracta de masas y planos básicos en los que funcional y misteriosamente se integran los componentes figurativos con diferentes criterios de organización formal y simbólica.

En definitiva, se trata de una obra con hondura, en la que se proyecta la conciencia creadora y humana de un artista herido por un drama dado en la realidad misma de nuestro entorno.


Francisco Baños Martos
Catedrático del Dpto. de Dibujo de la Universidad Politécnica de Valencia.
De la Asociación Española de Críticos de Arte.